domingo, 23 de diciembre de 2012

Electrodomésticos y su viaje en el tiempo

Imaginaros un museo, ¿que imagináis? cuadros, dibujos, esculturas... Pero no es lo único que se puede encontrar. Así que os enseño un museo en el que se encuentran diferentes electrodomésticos y su evolución en la historia. Es curioso como de un electrodoméstico a otro pasan 15 o 20 años mientras que ahora podemos ver como los modelos cambian en unos meses.

Un ejemplo son la nevera. Inicialmente se consideraba un mueble que ni siquiera estaba situada en la cocina.
Tenía patas y el motor estaba situado a la parte superior.

1920-1930

1940

1950


Pero a medida que van evolucionando y los ingenieros de diseño se introducen en las fábricas. Las patas van desapareciendo, los motores se van introduciendo por la parte trasera, los mangos de las neveras evolucionan de forma que cada vez se va purificando más las formas.


A continuación mostraré la evolución de unas tostadoras.

 Inicialmente sólo se disponía un termostato en el centro,y se inventaron un conjunto de virguerías para poder darle la vuelta a las tostadas. En cambio a medida que van cambiando hasta introducir varios termostatos y escondiendo los circuitos para que fueran más seguros y más fáciles de limpiar.

Otro elemento importante es que según la época se intentan reflejar los acontecimientos de la época.
Televisor- Spotnick

Televisor- Casco de astronauta


Un recorrido hacia el faro


Este verano tuve la suerte de ir a unas conferencias de la UIMP en Santander. Una tarde decidimos mi prima y yo a ver el faro. Inicialmente decidimos coger el bus e ir directamente. Pero por suerte conocimos a dos chicos muy simpáticos que nos llevaron por una senda rodeando la costa. El itinerario estuvo muy bien, y nos encantaron muchísimo las vistas. Ir cerca de la playa, con un acantilado a tres metros sin ningún tipo de vallas, es una sensación perfecta, os lo recomiendo!








domingo, 16 de diciembre de 2012

"Manolo Valdés en las colecciones privadas"

   Manolo Valdés es uno de los pintores españoles actuales con mayor renombre y prestigio dentro y fuera de nuestro país. Sus obras, estrechamente ligadas a artistas como Velázquez, Matisse o Rubens, se han expuesto por todo el globo dando pie a que la pintura y tradición españolas se den a conocer más allá de nuestras fronteras.
    Hasta el 31 de Marzo se podrá visitar en el Almudín una exposición con obras suyas nunca antes vistas por el público ya que muchas de ellas pertenecen a colecciones privadas. 
    La exposición cuenta con diecisiete cuadros y quince esculturas creadas entre 1982 y 2007 por el artista valenciano, donde el protagonismo se lo llevan las meninas reinterpretadas de Velázquez.
  
    Hay varios aspectos por los que la exposición merece ser visitada y sin duda uno de ellos es la sala de exposiciones. El Almudín es un lugar idóneo en Valencia para exponer pinturas, esculturas o cualquier otro tipo de obra. Puede que sea por la sensación que te produce de estar entrando en un lugar solemne, por su techo de gran altura soportado por pilares de piedra maciza o por la calidez que soprendentemente transmite a pesar de ser un lugar tan diáfano, pero la verdad es que te invita preparar la mente y abrir los ojos nada más entrar. Es una sensación parecida a la que se siente cuando entras en una catedral, sientes que estás en un lugar diferente al que estás acostumbrado, te incita a prestar atención a lo que ves y produce respeto, ya sea por la antigüedad de sus piedras o por la sensación de pequeñez que te produce.


   Por supuesto, la otra razón y la más primordial es la propia producción expuesta. Nunca había asistido a una exposición de Manolo Valdés, de hecho no sabía que esas esculturas de meninas que hoy en día podemos encontrarnos en algunos puntos de nuestro país eran suyas.
   Lo que más me ha impresionado de su obra ha sido la capacidad que tiene esculpir un cuadro. Puede parecer un poco absurdo dicho así, pero es cierto que no sólo sus esculturas están hechas con la intención de dar a entender una corporalidad, también sus cuadros parece que tengan esa tercera dimensión. Trabaja los materiales de tal forma que da la sensación de ver una escultura metida dentro de un marco. 


   
De sus pinturas, me han gustado especialmente las relacionadas con Matisse y Rubens, tanto la pintura titulada "Matisse como pretexto" como "Las Tres Gracias"


    
No obstante, han sido las esculturas las que más me han sorprendido, especialmente las de madera. Básicamente todas eran meninas sacadas del cuadro de Velázquez y moldeadas en tres dimensiones. Al verlas de lejos puede parecer que las faldas abultadas son piezas macizas de madera pero al acercarse se ve con claridad que son un caparazón de no más de dos centímetros de grosor. Las piezas se ensamblan aparentemente sin demasiado cuidado, dejando grietas y oquedades pero lo cierto es que se trata de esculturas extraordinariamente trabajadas. El diseño es muy parecido en casi todas ellas, aunque de tamaños diferentes. Puede que precisamente por eso me gustase especialmente la escultura "Menina mironiana". Se trata de una abstracción formal de una menina, donde la parte delantera parece haber sufrido un corte dejando solo la parte de atrás con volumen. 


    Puede que fuese por el tratamiento tan natural de la madera de roble, o quizá por la sonrisa platanera de la menina pero la verdad es que de todas las obras que vi ese día, fue ésta especialmente la que me hizo volver a casa con una sonrisa en la cara y contenta de no haberme perdido esta exposición.



Dónde: Almudín, Plaza de San Luis Bertrán, 1, Valencia.
Cuánto: Entrada gratuita festivos y sábados. De lunes a viernes 2€
Fechas: del 8-11-12 al 31-03-13

Del futuro al pasado.


Otra exposición de las que vi en el IVAM es la de "El Museo del Prado visto por los artistas españoles contemporáneos".

Es una exposición en la que no es simplemente una conversación entre artistas vivos y muertos, sino una conversación sobre lo vivo en el arte, se haga hoy o se hiciera ayer. Ayer y hoy, si efectivamente el arte es eterno, es una cuestión sin importancia. Lo que sí la tiene es comprobar cómo los buenos artistas no solo aman y buscan las mismas cosas, sino consecuentemente cómo hablan y se entienden entre sí porque usan un mismo lenguaje. 

He de destacar, como pequeño homenaje, que en esta exposición aparecen obras de Andreu Alfaro, recientemente fallecido, el pasado jueves. Un gran escultor español, imprescindible para entender el arte en el espacio público. Alguien verdaderamente singular en la cultura contemporánea. 

Os dejo con algunas de las imágenes que saqué.








Las últimas cuatro obras son de Andreu Alfaro.

Espero que os guste.

Pacasay.
(Paula Castellanos Ayala)

América, América.



El otro día fui al IVAM, el Instituto Valenciano de Arte Moderno, y vi dos exposiciones, una de las cuales recibe el nombre de América, América.
Se trata de una especie de homenaje a la América de los años sesenta. A sus actores, los anuncios y dibujos animados de la época, etc.
Me pareció bastante interesante y amena, no solo por el contenido sino por la manera de exponerlo, jugando con el espacio de la sala e invitando al público a participar con una de las obras.
Os enseño alguna de las fotos que saqué, espero que os entren ganas de verla.







Pacasay
(Paula Castellanos Ayala)

Pequeñas galerías

  Existe una realidad artística más allá de los grandes espacios expositivos, que a menudo sólo nos aproximan a artistas ya consagrados y suficientemente conocidos. 
  Las pequeñas galerías de Arte, que normalmente pasan desapercibidas por la falta de conocimiento de su existencia, encierran fabulosos y algo desconocidos artistas.
  
  En el intento desesperado de encontrar una exposición de interés en medio de nuestra ajetreada vida, dio la casualidad de que mientras realizábamos la práctica de fotografía de la asignatura de Historia del Arte pasamos por una galería cuyo contenido me llamó la atención.
  La Galería Alba Cabrera, situada en la calle Félix Pizcueta, acoge desde el viernes 14 de diciembre hasta dentro de aproximadamente mes y medio una exposición colectiva en la que un total de ocho artistas de nuestro tiempo muestran algunas de sus obras. Por tanto, cada uno de ellos tiene reservada una zona para exponer su trabajo.
  Lo más interesante de esta exposición es la variedad de técnicas presentes, desde dibujo y grabado a pintura y escultura.

  A mí, personalmente, me han gustado más los trabajos de Gustavo Díaz Sosa y los de Luis Rivera Linares.
  Las obras expuestas del cubano Gustavo Díaz están realizadas mediante técnica mixta sobre lienzo de lino. De ellas me fascina el cromatismo y la genialidad con que es capaz de combinar fragmentos de papeles con diferentes texturas, pintura o carboncillo en un mismo trabajo.



  Las obras del valenciano Luis Rivera me llaman la atención no tanto por las propias esculturas sino por la manera en que están presentadas. La idea de colocarlas separadas de la pared con un foco delante para conseguir que sus sombras se proyecten en el muro trasero me parece magnífica. Estas esculturas consisten en retratos de personajes significativos de los Estados Unidos de mediados del siglo pasado, como Frank Sinatra o el matrimonio Bogart-Bacall.



  
  Otro de los artistas que destacaría es Álvaro Tamarit, que trabaja sus obras con madera y fotos digitales. Especialmente, una de sus esculturas que parece querer huir hacia el infinito.



  Y, para terminar, no quiero olvidarme de mencionar a los demás artistas expuestos: la ternura de los grabados de Marina Anaya


,

 la cotidianidad y comedia de los grabados de Cachetejack


,

las letras de las serigrafías de Jonay Cogollos Van Der Linden


,

las divertidas pinturas de Eva Armisén


o las coloridas pinturas en acrílico de Javier Granados.


sábado, 15 de diciembre de 2012

Ignacio Pinazo.

Habla Anne Dollanganger. En esta ocasión comparto con vosotros una exposición sobre el artista Ignacio Pinazo Camarlench, que podéis ver en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Este artista destaca por su estilo impresionista y por su trabajo como retratista -algunos de los cuales pude fotografiar a cierta distancia-. 

Esta minimalista exposición está compuesta por dos plantas unidas por una escalera, salas que nos irán guiando por el desarrollo de su trabajo. Serán obras en las que aparecen además de retratos, dibujos de distintas personas o esbozos de posteriores pinturas, para analizar, en mi opinión, la anatomía y distintas poses y movimientos. Además de su reconocimiento como retratista, cabe destacar su aportación al Paisaje decisiva. En un primer momento, retrató sobre todo a miembros de su familia, los cuales se convirtieron, inevitablemente, en una inagotable fuente de inspiración, con permiso de la ciudad de Valencia.

Como opinión personal, destaco sus retratos espléndidos, los que más me impactaron; además de la pincelada que da carácter y presencia a su estilo modernista.