Habla Anne Dollanganger. Esta vez
os traigo una instantánea tomada hace tres años, si no me falla la memoria, un
día, como podéis ver, nevado. Recuerdo claramente ese día, porque no fue uno de
los mejores días de mi vida y simplemente cogí la cámara en un arrebato y salí
a la calle en busca de algo que capturar. Me topé con uno de los paseos de mi
ciudad natal, Tomelloso, llamado Paseo de
las Moreras. Me llamó la atención esa capa tan nívea, tan impoluta, tan
blanca y pura, sin huellas que rompieran esa tranquilidad. Como se posaron esos
copos de nieve sobre los árboles, los bancos, los árboles; como la tierra y el
cielo parecen estar en armonía; quería captar todo aquello.
Esta segunda fotografía, mucho
menos artísticas, también la tomé yo mucho tiempo atrás, después de hacer mi
primer muñeco de nieve, un intento fallido como podéis ver, en mi terraza.
Recuerdo también esa fascinación por la nieve, por tanta nieve, que nunca había
visto antes en esa cantidad.
Anne Dollanganger
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