domingo, 16 de diciembre de 2012

"Manolo Valdés en las colecciones privadas"

   Manolo Valdés es uno de los pintores españoles actuales con mayor renombre y prestigio dentro y fuera de nuestro país. Sus obras, estrechamente ligadas a artistas como Velázquez, Matisse o Rubens, se han expuesto por todo el globo dando pie a que la pintura y tradición españolas se den a conocer más allá de nuestras fronteras.
    Hasta el 31 de Marzo se podrá visitar en el Almudín una exposición con obras suyas nunca antes vistas por el público ya que muchas de ellas pertenecen a colecciones privadas. 
    La exposición cuenta con diecisiete cuadros y quince esculturas creadas entre 1982 y 2007 por el artista valenciano, donde el protagonismo se lo llevan las meninas reinterpretadas de Velázquez.
  
    Hay varios aspectos por los que la exposición merece ser visitada y sin duda uno de ellos es la sala de exposiciones. El Almudín es un lugar idóneo en Valencia para exponer pinturas, esculturas o cualquier otro tipo de obra. Puede que sea por la sensación que te produce de estar entrando en un lugar solemne, por su techo de gran altura soportado por pilares de piedra maciza o por la calidez que soprendentemente transmite a pesar de ser un lugar tan diáfano, pero la verdad es que te invita preparar la mente y abrir los ojos nada más entrar. Es una sensación parecida a la que se siente cuando entras en una catedral, sientes que estás en un lugar diferente al que estás acostumbrado, te incita a prestar atención a lo que ves y produce respeto, ya sea por la antigüedad de sus piedras o por la sensación de pequeñez que te produce.


   Por supuesto, la otra razón y la más primordial es la propia producción expuesta. Nunca había asistido a una exposición de Manolo Valdés, de hecho no sabía que esas esculturas de meninas que hoy en día podemos encontrarnos en algunos puntos de nuestro país eran suyas.
   Lo que más me ha impresionado de su obra ha sido la capacidad que tiene esculpir un cuadro. Puede parecer un poco absurdo dicho así, pero es cierto que no sólo sus esculturas están hechas con la intención de dar a entender una corporalidad, también sus cuadros parece que tengan esa tercera dimensión. Trabaja los materiales de tal forma que da la sensación de ver una escultura metida dentro de un marco. 


   
De sus pinturas, me han gustado especialmente las relacionadas con Matisse y Rubens, tanto la pintura titulada "Matisse como pretexto" como "Las Tres Gracias"


    
No obstante, han sido las esculturas las que más me han sorprendido, especialmente las de madera. Básicamente todas eran meninas sacadas del cuadro de Velázquez y moldeadas en tres dimensiones. Al verlas de lejos puede parecer que las faldas abultadas son piezas macizas de madera pero al acercarse se ve con claridad que son un caparazón de no más de dos centímetros de grosor. Las piezas se ensamblan aparentemente sin demasiado cuidado, dejando grietas y oquedades pero lo cierto es que se trata de esculturas extraordinariamente trabajadas. El diseño es muy parecido en casi todas ellas, aunque de tamaños diferentes. Puede que precisamente por eso me gustase especialmente la escultura "Menina mironiana". Se trata de una abstracción formal de una menina, donde la parte delantera parece haber sufrido un corte dejando solo la parte de atrás con volumen. 


    Puede que fuese por el tratamiento tan natural de la madera de roble, o quizá por la sonrisa platanera de la menina pero la verdad es que de todas las obras que vi ese día, fue ésta especialmente la que me hizo volver a casa con una sonrisa en la cara y contenta de no haberme perdido esta exposición.



Dónde: Almudín, Plaza de San Luis Bertrán, 1, Valencia.
Cuánto: Entrada gratuita festivos y sábados. De lunes a viernes 2€
Fechas: del 8-11-12 al 31-03-13

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